domingo, 23 de diciembre de 2018

Desde dentro.

Desde dentro. 

Por: Miguel Angel Díaz Gutiérrez. 

Este soy yo, fantasma blanco,
cubierto por maleza espesa de asfalto,
ahogado entre las aguas estigias.
Mis estigmas cuentan historias de dolor
y mis cicatrices sobreviven al calor de ellas,
largas telarañas nacen de la piel ya quemada.
Soy lo que dejó el río detrás, laguna asimétrica coloreada a penas por algas y arena.
Soy un grito ahogado entre tinta y papel,
no desespero, soy una larga hora perdida
más de 1350 páginas de decepciones
Un verso asincopado, fusas veloces
trecillos perdidos, tres o dos compases
Uno, dos, tres y cuatro, uno, dos y tres
Desaparezco con la luna y con el sol muero.
Las canciones tristes son el verbo
y yo soy la pluma que no sabe conjugar.
Quién no sabe rimar, tropiezo con las letras,
vórtice segmentado de fantasmagoría,
mis muertes encerradas en matraces vacíos
balanceándose en barandas bañadas de plata, una víctima de dos disparos en la espalda 
sangre derramada por el suelo de un palacio.
Tengo la historia de  tristeza y amor perdida en los edificios y los automóviles, flor muerta.
Recuerdo con lástima y lagrimas, obscuro
destruido por el implacable huracán temporal.
El adiós amargo de una noche fría y solitaria, la lluvia que baña al desierto hasta el amanecer.

1 comentario:

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