lunes, 20 de mayo de 2019

Nostalgia.


Nostalgia. 

Llévame de vuelta a la noche en la que nos conocimos
cuando buscábamos escaparates y luces neón para hundirnos
en la brillantez de las calles de la ciudad empapada
aquella noche cuando toda la habitación tenía aroma a naranja
y a flores, cuando las frutas solo levitaban al son de nuestras velas.

La noche que estaba lejos de la marejada que ahora ataca,
un grito desesperado de los años que han quedado atrás
cómo ascuas de lo que pudo haber sido y fuego de lo que fue,
el sonámbulo beso que se perdía entre el frío y los altos faroles
cuando alcanzabas las estrellas dormida, apacible, magistral.

Tu sonrisa apartaba la plata de luna y la veía sonrojarse
yo no lo sabía aún, nunca lo imaginé, un disparo al aire libre
brizna de un futuro próximo, una caricia que se convertirá en fuego.
Te ví libre y tranquila, no había ningún silencio y música era tu voz.
Cuánto hubiese dado por recuperar aquellos nuevos días

cuando veía tu piel como un trigal, tus manos como fuentes
cuando veía despertar tus labios rojos y tus ojos de miel.
Ahora el tiempo es impropio, paso las noches en grande vela
por buscar los mejores versos de ti, pintura monocromática,
del vasto mar que tengo en mis adentros, dormidos en la baranda.

El valle se irrita en calor, humeando las culpas humanas
viendo como las calamidades de los años llegan por fin a matar
y solo puedo dejar de existir en las hendiduras de mi almohada
que se vuelve esquiva, intranquila, con muy pocos sueños.

Llévame de vuelta a la noche en la que nos conocimos
cuando dos extraños hablaban del destino y del significado
de miles de pensamientos anacrónicos y de paletas de color
cuando las pinturas rezaban secretos que solo tú podías escuchar:
Siempre quise verte frente a tu caballete, creando infinitos.

Llévame de vuelta a la feria, dónde Borges jamás tuvo alma,
y los libros se desdibujaban entre risas, halagos y juguetonas burlas.
Cómo el llanto en el bosque, en la curva escondida
y el abrazo sincero de tu mano sobre mi espalda, sin palabras
solo tú cálida piel sobre la mía, desapareciendo la angustia.

Ir de vuelta a la vida dónde las paredes parecían arreglarse solas.
Una figura solitaria mirando sobre la barda, somnolienta,
llevaba un par de lirios y muchas horas de libros encima
y tan solo despertaba al ver de frente a los que la hacen vivir,
Tú, siempre lo supiste, de algún modo quisiste que así fuera.

Ya no puedo negarte, desde tu silencio y tus pasos ligeros,
el tiempo te ha pertenecido como a nadie al igual que las cerezas
que solo parecen caer sobre tu ventana y sobre tu cabello liso,
siempre risueña y transparente, el verano de todas horas
No puedo negar que me duelen las manos al escribirte.

Llévame de vuelta a la noche en la que nos conocimos
esa que hace tiempo que desapareció, momento vívido y frío
pero que recuerda lo que fuiste y enaltece en lo que convertiste
no te culpo de nada de lo que sucedió, es el ingrato carmesí,
que grita por mi y se aferra doliente a aquella eterna noche.

Miguel Angel Díaz Gutiérrez

viernes, 10 de mayo de 2019

Una entrada.



10/05/19.

He dejado un carnaval de luces, pareciere que mi propia presencia molestara sobremanera a los que visitaban mi hogar-decía Marco- no soporté la idea de tener de convidar a aquellas personas el licor de café que había recibido como regalo de navidad. No entienden que aquello era un sello y un pacto que no se podían cerrar a menos que yo dijere que se cerraba, aún recuerdo la promesa que me hice: al abrir aquella botella celebraría la muerte y seguido funeral de mi mismo, siempre de manera filosófica. Apaciblemente, hoy, que llegaron los invitados decidí no esconder aquel pacto detrás de mis aposentos, no pensé que darían tanta importancia a aquella rareza que parecía aparecer y desaparecer detrás de las carcajadas de las pláticas entre conocidos.  Olvidar que alguna vez tuve la idea de que aquello no llegaría hizo su efecto durante algunas horas, como el tambalear del autobús, inútilmente traté de callar a los que quisieran hablar respecto a ello ¿Cómo hacerlo? Al fin y al cabo, resulta un fatuo intento encubrir lo evidente, no es tan fácil dejar de perseguir sombras, es malévolo cuando alcanzaba a alguna para, momentos después perderla. No puedo justificar por ello que haya dejado aquel lugar con una innegable alegría, no se está mejor aquí dentro, un montón de páginas desperdigadas en el suelo recuerdan cuántas páginas he escrito respecto a aquello, siento algo de pena y tristeza al ver cuánta tinta y papel he gastado para expulsar este mar de carmesí: entre coplas, madrigales, sonetos, quintetos, Paz, Lispector, Castellanos, Pizarnik, Borges, Casares, Lowry, Capote...se escabulle el travieso color que me mantiene despierto por las noches y desfenetra pesadillas para dar los más tiernos sueños. Una vez Azul entró aquí, no dejé que tocara nada y que sintiera lo que es tener una libertad que se desmorona sobre ti, callada solo tomaba las hojas del escritorio para escribir mantras que solo ella conocía y entendía: Trifulca, Trafalgar, Tragaluz, Transporte, Transexual, Trabajo, Trinidad, Ser, Nada, Tótem, Largo, Tiempo, Dentro, Serpentina, Electrón, Satírico, entre muchos otras. Recuerdo esa noche como si hubiese sido una experiencia bellísima, casi perfecta, es el problema de las noches, siempre mienten, nunca pude de nuevo verla de la misma manera, quisiera haberla besado pero jamás me sentí peor (incluso solamente al pensarlo), sin embargo, ahora sigo aquí viendo sus notas y llorando por lo que no fue.
Pronto podré salir, ya casi puedo embargar cuanto sigue erguido en este cuarto y en mi corazón, un soliloquio que sigue vivo en la memoria: aquel vivo ojo que te veía sobre las noche estrellada, mientras podía pintarte entre mis palabras y mis sueños, no quisiera tener que releer las cartas que me enviaste, seguro no son como pensaba. Llaman a mi puerta una y otra vez, cuánta vida he dejado pasar, mientras veo los autos y a las personas que van sobre la calle frente al edificio, supuse que podría ignorar que el transcurso del tiempo (y casi lo logro) pero la música de carnaval pasa los poros de las paredes ¿Quise hacer que notaran mi falta? Podría ser...podría ser que solamente extraño las palabras cálidas cerca de mi oído, escribir en la soledad de la estación del metro poemas que nunca entregaré o cartas que jamás terminarán en las manos que corresponden, súbitamente trato de recordar las palabras que escribí: sobre el tiempo de las cerezas, el carmesí que bañaba el trigal y del sol que ya no brilla tanto como la felicidad que me producía...no lo puedo creer, las horas pasaban tan rápido. Justo como ahora, ya no tengo más palabras, el tiempo aquí se acaba y lo estoy sintiendo, cada vez más cerca de mi hora marcada: abrir la botella de licor de hierbas que había atesorado por 3 largos meses será abierta hoy ¿Victoria o derrota? No sabría decir lo que es. Esta noche dejaré limpia la botella verde.
La hora de salir esta por llegar es mejor que me aliste, dejaré sonando mi disco y acabaré rápidamente con aquel licor.
Hasta que mi conciencia aguante. Saldré ahora

martes, 7 de mayo de 2019

Frida Kahlo.

En todo lo que lleva de existencia de este blog siempre tuve la idea de hablar sobre Frida Kahlo, esa enigmática mujer que pintó algunas de las piezas más representativas de México y cuya imagen se ha vuelto estandarte de la "mexicanidad" más pintoresca, por lo menos para los ojos del mundo.

Hablar de Frida en estos tiempos es hablar de un símbolo desgastado, sobremitificado, alejado de lo que alguna vez fue y esto, en parte, por su historia trágica bien conocida por la mayoría, que bien se ve representada en sus obras. También una de las características que la ha definido es el papel que jugó en su vida la presencia de Diego Rivera como un eterno amor (aunque, más parecía una clase de codependencia enfermiza y a ratos un amor), también siendo un motivo que repetirá en su obra. En tiempos recientes, el desgaste de la figura de Frida como representativa del país ha llevado a que se hiciera una revisión crítica de la obra que ella produjo, dando cuenta que no todas sus pinturas resultaban de un amplio interés, solo hay que hacer una pequeña búsqueda en Youtube para dar cuenta de ello o buscar en Facebook las mil y un imágenes que denuncian esto. Esta crítica, lejos de dañar la imagen que se le ha dado, creo, hacen que las pinturas que puedan resaltar por si mismas tengan aún más protagonismo sobre otras obras de producción mexicana. 

La crítica a la obra de Kahlo ha llevado a criticar a su figura, ya que ella es un símbolo de varias ideas tanto universales como particulares para México. Una de las formas con las que se ha tratado de llegar a esta crítica es a través de su diario, el cuál compila diez años de su vida (1944-1954). En este se encuentran pensamientos, poemas, pequeños bocetos e ideas para proyectos a realizar y demás escritos que dejan ver un poco de la intimidad de la pintora. Esto basándose en la, aparente, falta de profundidad, variedad y soltura de las páginas del diario, que, al aunarse con los registros históricos sobre su vida, se sintetiza un autorretrato que no termina de adecuarse a la idea que se tiene de ella. 

Criticar una vida mediante un diario que, probablemente, ella no sabía que sería publicado, es una idea un tanto escabrosa ya que el objetivo de llevar un registro de los días es  dar rienda suelta a la libertad de escribir cualquier cosa, por que, en principio, solo la autora de él tiene acceso a su contenido. Usar el diario como un punto a favor de los detractores me parece de mal gusto ya que no se hace critica de los momentos más íntimos que se pueden tener: Uno mismo con la pluma y el papel. 

La cuestión con Frida para mi recae en la sacralización de su figura, como un pilar central de la cultura mexicana, es cierto que sus pinturas enaltecían este sentimiento y lo representaban de maneras festivas y cotidianas pero el grueso de su obra es intimista hacía su figura, sus miedos, los dolores, las alegrías...su yo. Eso no es malo y, tomando el diario como soporte, habla de la persepectiva que logró construir de si misma usando como hilo conductor las circunstancias, los sentimientos y los eventos que la llevaron a aquel momento de su vida, tenía sus propias metas, sueños y por supuesto miedos, plasmados en las páginas y en los lienzos, acercarse a la pintura de Frida no por los elementos pictóricos o como son representados, si no por el contenido mismo y su contexto hace que la mirada sobre ella se vuelva más íntegra, entendiendo las inquietudes que ella quiso plasmar. 

No fue la mejor pintora mexicana, sin duda, sin embargo, su historia y el mensaje que quiso dar mediante sus creaciones construyeron la conciencia mexicana actual y la imagen que se tiene de México en general pero el desgaste y tergiversación de esta imagen hace que sea complicado poder devolverle su carácter terrenal original. Por que, a mi parecer, es ahí donde está la parte más interesante, al fin y al cabo, ella era un ave con las alas rotas que decidió cantar en tierra hasta el día de su muerte. 

Per Aspera Ad Astra. 

miércoles, 1 de mayo de 2019

La Máquina (La invención de Morel, Adolfo Bioy Casares).


Hablar de una novela catalogada por Jorge Luis Borges como perfecta resulta imponente y un reto digno de pensarse, sin embargo, lo mejor es que esta no se ve limitada por el juicio del gran maestro de las letras.
La invención de Morel se sostiene por si misma y sopla su propio viento, escrita por uno de los amigos más cercanos de Borges: Adolfo Bioy Casares,  esta relata la historia de un preso que, al escaparse de la prisión en una isla donde presuntamente no hay más habitantes que los presos y los guardias, encuentra un páramo llamado museo dónde se encuentra con variopintas máquinas que reproducen fielmente una semana, desde imágenes hasta las sensaciones que se tenían en ese momento. Todo ello unido por el enamoramiento entre el protagonista y Faustine, una de las imágenes que vaga en aquella reproducción.
El acercamiento que se tiene al protagonista (ya que el libro se presenta como su diario) está lleno de detalles dónde se da cuenta de la decadencia en la cual cae y solamente las imágenes logran hacerle olvidar que lentamente está muriendo sin poder evitarlo. La máquina se presenta como una luz al final del túnel, la esperanza de que la eternidad está a solo un paso, dejando atras los jirones de la piel. Incluso, esa máquina le dió la capacidad de amar, amar una imagen de alguien que, en la realidad, hace años que falleció, pero su imagen, ese pedazo de irrealidad se vuelve por un momento lo más perdurable, incluso después de la muerte, de cierta manera, las imágenes toman el alma del momento y la repiten al infinito.
¿Qué es la eternidad? ¿Cómo se alcanza? Perduraremos en la eternidad? O ¿solo es una risotada del ciclo vital al escuchar los deseos de los humanos de vivir por siempre? Son cuestiones que quedan en el aire al acabar esta novela y que, de leerla, será una reflexión que les acompañará durante un buen tiempo.
Ahora, ustedes, diganme.
¿Qué piensan de la eternidad?
¿Quisieran ser inmortales?.

En lo que encuentro qué escribir. Parte 1.

  Nunca supe como elegir libros Este blog lo comencé hace ya tres años. Esperaba poder verter en él reflexiones sobre lo que leía, de primer...