viernes, 14 de diciembre de 2018

Las Flores del Mal.

Les Fleurs du mal (Charles Baudelaire). 

Las flores del mal ha sido uno de los libros de poesía más reconocidos, me atrevería decir, en todo el mundo, desde ya hace muchos años. Emblema de los llamados "poetas malditos" Baudelaire escribió este compendio entre los años 1840 y 1857 (año en que se publicaría este por primera vez el libro). Cabe destacar que en sus paginas se encuentran letras que hicieron temblar a una París recatada que ignoraba lo que pasaba en sus venas, inclusive siendo censurado al aparecer en los aparadores, censura que proseguiría hasta 1949.
Un libro contestatario contra los canones de su época aún sigue siendo tema de amplio debate aún más por su corte simbolista, el autor implica nuevas formas estéticas: la figura de la prostituta, del enfermo, del adicto, del tiempo como una maquinación imparable y una ciudad que respira entre sus húmedas y obscuras calles. Pero estos poemas no son malévolos o en alguna forma malintencionados ya que procuran atesorar dentro de sus letras la estética más pura y bella, se aprende de aquellos tiempos donde la bohemia era una constante, donde la absenta y el opio eran la constante en cabarets como el Moulin Rouge; rescatar las figuras deshumanizadas de la "escoria" de la sociedad es una constante en toda la obra, recordando a los afiches de Toulousse Lautrec y sus "Furias". Baudelaire demuestra una maestría en la construcción de los escenarios donde se llevan a cabo los episodios de París, los spleen muestran decadencia, soledad, dolor...pero a través de ese lente tan obscuro se realzan las luces que hacen la hacen brillar.
La obscuridad que se representa en cada uno de los poemas invita a la seria reflexión de estereotipos e ideas preconcebidas con una invitación puntual y, hasta, cariñosa: Tirar todo aquello por la ventana del olvido y hacer nuestra esa decadencia tan ajena, una mentira para no ver aquellas visiones de desolación y temor. Encarnar el relato que cuenta cada Flor que compone el libro, es viajar entre sentimientos que se ven contrariados por espinas, incluso difíciles de sostener...mas, después de la apropiación, se logra ver de una manera totalmente nueva los atributos que solo creíamos propios de una figura irreal, de la perfección que jamás puede ser alcanzada ya que de pronto no nos es tan ajeno, se acercan cariñosamente, estas flores son seductoras como pocas.
En mi opinión, uno de los mayores logros de este libro es hacer personal lo sublime y lo bello, tener en la mano el amor y el dolor a partes, la mitad de las veces, iguales; al final, es necesaria la existencia de lo obscuro, de lo depravado, de la depresión para poder tener certeza de que sus contrarios no son extraños despegados, son contrapartes que no pueden encontrarse separadas, solo hay que recordar que en el amor siempre existirá el dolor, tanto propio como ajeno y no se puede entender al amor sin tener las quemaduras de este. La permanencia de este libro en las estanterías de sus bibliotecas es totalmente obligada, si ya lo han leído, revisiten sus páginas y vuelvan a embriagarse con sus letras; y si jamás han tenido ocasión para leerlo, denle una oportunidad y se darán cuenta que por las noches nada es lo que parece, no todos los gatos son pardos.
Per Aspera Ad Astra.

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