domingo, 27 de enero de 2019

Sobre Stephen Hawking.


Al principio de este blog he dicho que soy estudiante de ciencias, química para ser exacto. No soy convencional por qué me encuentro más cercano a la física que a la misma química, esto por la fascinación que he sentido desde siempre por la mecánica cuántica, desde su forma más digerida hasta las complicadas ecuaciones que llegan a surgir cuando se está estudiando un buen texto sobre ello. 
Esto definitivamente no hubiese sido así sin la ayuda indirecta de Hawking, recuerdo bastante bien como sucedió, un buen amigo traía su libro "El Gran Diseño", sabía quién era el profesor Hawking alguna vez lo vi parodiado en el laboratorio de Dexter, una mente brillante para la física teórica. Mi amigo tuvo a bien prestarme aquel libro para que lo ojeara. Desde la secundaria había tenido un gran interés por los elementos y los átomos, los diferentes modelos atómicos me deslumbraban, era la imaginación del humano trabajando para darle una imagen a lo que no podíamos ver, en cuanto abrí el libro recorrí sus páginas con asombro, tenía tantas respuestas y a la vez tantos misterios para mi conocimiento, fue un flechazo directo al corazón. Decidido fui a comprar el libro unos días después y lo leí a una velocidad incomparable, todo era muy nuevo, algunas cosas parecían demasiado complicadas para que mi mente las pudiese entender pero poco a poco fueron entrando cual notas de una sinfonía, solo que no había instrumentos, estaba el universo. 

El universo a macroescala es bellísimo pero no contuvo la enorme fascinación y enamoramiento (que un tiempo después se volvió en amor) por lo pequeño, me refiero a la mecánica cuántica: la mecánica de lo pequeño, fue al descubrir en los libros de Hawking esta rama de la física cuando mi realidad tomó el rumbo, un rumbo cuántico.

Creo que ya he hablado mucho de mí experiencia, y no sin motivo, ya que esto debe servir para vislumbrar el enorme respeto, cariño y admiración que guardo por este científico, tanto por sus aportes en cosmología y física teórica, como en su faceta de divulgador de la ciencia (lo cual creo que fue lo que lo catapultó como una de las mentes más influyentes del siglo XX y XXI). Su vida es ya famosa por la película "La Teoría del Todo" no hace falta mencionar muchos detalles sobre ella. Lo que es decisivo es hablar sobre el legado que dejó detrás y, sobretodo, la misión principal de la ciencia actual; sobre lo primero se ha hablado durante tanto tiempo sobre la ecuación de entropía de un agujero negro, del tiempo imaginario, sobre su postura a cerca de una teoría unificadora de la física, etc. Es un tema que, como científico, es muy amplio y rico (a la vez de emocionante) pero creo que no es lo mayor que nos dejó. Lo que tiene más peso dentro de ese legado es la visión que el mismo tenía del universo y de la vida en general, la visión del universo que propone es una posición crítica siempre dipuesta a cambiar y a exigir cambios pero a la vez teniendo la misma fascinación, ternura, asombro e inclusive amor por aquello que nos rodea: desde el agua que sentimos al llover, hasta presenciar las primeras lecturas de ondas gravitacionales; propone una vida crítica y curiosa, con rigor pero con mucho amor. Esto no solo aplica para el gremio de la ciencia, si no, para la humanidad, ya que todo esto implica ser conscientes de nuestra finitud ante un universo que se presume infinito, esa capacidad de juzgar y contemplar debe ser desarrollada día con día, siempre hay detalles que saltan a la imaginación y vuelven del universo una experiencia digna de contemplar pero sobre todo de experimentar, esto se ve tan bien reflejado en su máxima: "Mientras haya vida hay esperanza". 

La misión que deja para las científicas y científicos es clara y muy grande pero confío en que tanto mis camaradas como yo podamos realizarla y esta es: Ser un faro que alumbre fuerte hacia afuera pero también hacía adentro, seguir explorando el universo y seguir buscando el origen pero también ocuparse del bienestar de nuestra especie, dar con nuevas formas de revertir el cambio climático, hacer presión para que nuestras voces unidas se oigan y seamos aquel "sape" que despierte al mundo para ver cuánto daño hemos hecho, siempre con crítica y posturas sólidas, evitando dogmas. Por qué nuestra luz es la que alumbra desde el Big Bang hasta ahora. 

Hawking, logró hacer resonar no solo a la ciencia, si no al mundo entero, a través de una voz robotizada pero extrañamente humana; a través de sus opiniones (a veces acertadas y otras veces bastante erradas), a través de sus aportaciones para la comprensión de universo y, por supuesto, a través de su divulgación, sus libros que no tienen nada de pérdida, desde el Ratón Lector invito a todo el mundo a que lea estas obras y se maraville, sin miedo, la ciencia no muerde (tan duro). 

Qué hoy Stephen esté donde siempre debió estar: navegando entre las estrellas y las galaxias. 

Hasta la próxima, Per Aspera Ad Astra.


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