miércoles, 16 de septiembre de 2020

Sobre La Muerte en Venecia de Thomas Mann.

 En los haberes de la literatura europea, existen ciertos y ciertas autoras que sobresalen por los retratos de su época que confeccionan a través de sus obras, en el caso de Mann (y específicamente en La Muerte en Venecia) no solamente se presenta un retrato de Europa, si no, que se siente como si en sus páginas se escondiesen las ruinas de un espíritu que jamás volverá a ser el mismo, o, siquiera, volverá a existir.

La novela fue escrita en 1912, dos años antes del estallido de la primera guerra mundial, por un joven Mann que comenzaba a destacar en los círculos literarios de Múnich. El argumento de ésta gira alrededor del escritor Gustav von Aschenbach  y su obsesión con un joven polaco llamado Tadzio. El libro tiene una pequeña carga autobiográfica ya que el mismo Mann realizó un viaje a Venecia en 1911, donde el escritor admirase a un joven (bastante similar a Tadzio) en su hotel. En su forma, la novela es corta (en mi edición no supera las 130 páginas), con una narrador omnisciente y reflexiones del autor, las cuales se centran en la estética, el arte y los conflictos morales que se generan por la obsesión con Tadzio. No es secreto que las novelas del autor son altamente simbolistas y, por ello, complicadas de leer, sea de la extensión que sea, exige que el tiempo de lectura sea consagrado plenamente a él, a titulo personal, es una novela que para ser entendida en su totalidad requiere más bagaje histórico y de la propia obra de Mann (el cual, dicho sea de paso, no poseo).

Los escenarios que propone la obra, aunque reducidos, son efectivos para mostrar el estado del protagonista, calles estrechas, los interiores del hotel y las plazuelas, estos escenarios se vuelven envolventes. Hay una curiosidad en este apartado, en la catedral de San Marcos una de las bellas del mundo transcurre una escena del libro, donde se dedica a describir a Tadzio ignorando totalmente a la catedral, un recurso, como muchos otros, que dan cuenta de la profunda obsesión por el chico.

Pude entender esta obra de dos maneras, mutuamente no son excluyentes, pero si quiero dejar claro que, dada la naturaleza del volumen con el que se trata, no son las únicas interpretaciones. La primera de estas formas de entender la historia es un complejo retrato de la decadencia Europea que comenzó a permear en la sociedad de allá desde finales del siglo XIX y principios del XX, ya que, comienza la historia en Alemania que en ese entonces era una potencia en crecimiento que estaba viviendo la industrialización en su esplendor, haciendo de lado los antiguos valores y costumbres, era un mundo nuevo, no es difícil por ello imaginar a un gran escritor cuyos textos son utilizados por las escuelas de su país natal para enseñar literatura que está insatisfecho, “pasado de moda”, inclusive sintiéndose el mismo un anacronismo. El viaje que emprende Aschenbach es la búsqueda por nueva inspiración y motivo, fallando en el primer intento y casi en el segundo, este último siendo la llegada a Venecia, una ciudad que sufre de lo mismo que París, es una ciudad de apariencia perfecta, como un sueño materializado en sus edificios, canales y plazas que, en el fondo, sigue siendo una ciudad, con todos los problemas que ello implica…una nueva versión de lo vivido. Sin embargo, el contacto con el mar y, en general, el agua, da un dinamismo que ayuda a que el paisaje recuerde a viejas glorias, donde lo bello era imperecedero y las formas no se habían trastocado. En esta interpretación la obsesión con Tadzio es el afán de lo viejo (Aschenbach) de seguir siendo vigente, seducido por la belleza novedosa del futuro (a pesar de sus aparentes debilidades y contradicciones), seducción artificial, enfermiza que solamente da la última puñalada para sellar el destino de lo viejo, la inevitable muerte que, dicho sea de paso, es cíclica, por ello la novela toma su tiempo en el año 19… Aquí las reflexiones estéticas toman un papel central para entender la inminente llegada de la modernidad (entendida en términos artísticos, no históricos o filosóficos), reflexiones que buscan dar razones a tales cambios.

La segunda interpretación es la más literal, pienso que se refiere a un estudio psicológico de una mente cansada de su vida monótona y aburrida a pesar de toda la admiración y prestigio obtenidos en el pasado que, con unas vacaciones, pretende remediar, de nuevo, en busca de nueva inspiración, tal vez, quitarse el velo de Maya. Esta búsqueda lo lleva a Venecia donde sus impulsos reprimidos de hace años comienzan a salirse de control, por ello esta interpretación si va directamente referida a un deseo de Aschenbach, el cual, mediante las reflexiones estéticas, trata de ser justificado, sin embargo, choca con la moralidad que impide que este deseo (pedófilo) se culmine (muy a lo apolíneo y dionisiaco de Nietzsche, bastante más retorcido). Obsesión que le hace ignorar el peligro inminente que existe en Venecia, una nueva peste que comienza a cobrarse a sus primeras víctimas y él, en un tono de “héroe”, quiere que el joven se salve antes de que algo le llegase a pasar. Es la decadencia total de una mente obsesionada tratando de controlar su deseo (y, en gran medida, lográndolo) que es atormentada no por su objeto de deseo, si no, por si misma, en cada momento enfrentando una “reflexión” estética contra la cruda realidad de lo antimoral que resulta su obsesión. Consiguiendo “paz” solamente al sentir que su vida se desvanece a causa de la peste que azota Venecia.

Como pueden notar quienes han llegado a esta última parte de la entrada es un libro denso, cuyo argumento es problemático y si sumamos el factor simbolista, es una obra que, a pesar de su brevedad, es tremendamente compleja. La incomodidad al leerlo fue la razón que me llevó a casi abandonarlo, pero, después de algunos días de haber terminado la lectura, veo que dicha incomodidad era pertinente para llegar a las interpretaciones que más arriba escribí. La experiencia al leerlo fue extraña, ya que la belleza de las páginas del libro contrasta con su argumento tan obscuro…al final, es una faceta de la condición humana que se decide ignorar por los problemas que conlleva, libros así ayudan a adentrarse en esas facetas. Si van a leer esta obra recomiendo mucha paciencia y, sobre todo, mente crítica, muy crítica ante todo lo que se relata.

Tengan por seguro que leerán más sobre Mann en este blog.

PER ASPERA AD ASTRA.      

                                 Foto de mi edición por parte de Mirló Ediciones, me encantó. 

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